martes, 19 de junio de 2007

Recuerdos

Novalis define los recuerdos como "llama del alma"; hay una película de Federico Fellini, "Amacord", que es un ejemplo claro de todo esto. Yo intentaré recordar a mi manera y dentro de mis limitaciones como un regreso a Ítaca, pues en cualquier tiempo y en cualquier lugar todos somos materia de recuerdos y queremos tener una noche para desembarcar en la isla del fondo de los años y quedarnos solos escuchando el ruido de las olas a las espaldas. Creo que fue Javier Marías quien dijo que la vida de cada uno no es contable porque, en cuanto la cuentas, ya estás modificándola; en todo caso contaré la mía, mi infancia, a mi manera y a la manera de Pessoa: "Sin estrujar mucho el cerebro", pues "la vida hay que verla siempre de lejos y no interrogarla nunca, dejando para el recuerdo lo mejor de lo que fuímos".

Mi hermano Miguel y yo podemos decir que nuestra infancia estuvo llena de cuentos: Caperucita y el Lobo, Blancanieves, Cenicienta, Pulgarcito, aunque también nos asustaban con el Sacamantecas; canciones como el Corro de la Patata y poesías jugando con los dedos: "Éste puso un huevo" o "Jesusito de mi vida". Años después llegarían los tebeos del Capitán Trueno, el Jabato, Roberto Alcázar y Pedrín y luego, más tarde, las películas en el cine Benítez y el cine Álvaro.

Todo transcurría en un ambiente seguro y protector con papá y mamá siempre pendientes, nuestra única abuela, Paca Cabello, ciega y constantemente en la cama con un rosario y un paquete de galletas en la mesita de noche, nuestro tío Faustino, sordomudo y una de las personas más inteligentes que he conocido (aprendió a sumar, a restar y a multiplicar usando la base diez sin que nadie le enseñara), nuestra tita Rosa, nuestra tita Elisa, nuestros tíos Miguel y Pepe Cabello, nuestros primos tan mayores; en un pueblo pequeño atravesado por el tranvía, donde la calle Generalísimo Franco se seguía llamando calle Real, igual que en tiempos de la República y la estatua del Sagrado Corazón de Jesús era simplemente "el Santo" y la ermita de Los Tres Juanes se llamaba "El castillejo", un pueblo donde en tiempos de sequía salía el párroco en procesión a bendecir el campo y hacer la "Rogatio ad pluviam" y donde cuando alguien estaba muy enfermo salía el Viático bajo palio y las campanas tocaban al amanecer para la misa primera.

Ese Atarfe que hoy parece tener la maldición de Lampedusa porque aquí parece que todo cambia para que nada siga igual aunque algunos de nosotros no nos sintamos gatopardos extraños cuando regresamos. Ese pueblo, en fin, sin los tejeringos de La Triana, los caramelos de La Chinita, los polos de Las Pistolas, en el que mi hermano y yo trataremos de hacer cierta la frase de José Ángel Valente: "Somos lo que hemos llegado a ser pero siempre seremos lo que fuímos"


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Chillida Leku

Chillida  Leku
El que mira pone la luz

El que es mirado es objeto de sombra

El que es mirado es objeto de sombra
PLAN DE URBANISMO

Oval Gris

Oval Gris
Autor: Antoni Tapies

Como un fantasma

Another bad year, otro año malo y van cincuenta y siete, no sé como puedes aguantar tanto.

- ¿Estás seguro de lo que dices?

- Yo no estoy seguro de nada, no pretendas juzgarme.

Fin de la historia, el sujeto se borra y todos sus días anteriores desaparecen. Ahora amanece y un nuevo día le obliga a encoger los hombros para preguntarse quién soy, qué significa este vacío que parece que me está esperando. En la barriga del tiempo sólo hay sombras y como puedes ver éste es un blog mal construido en el que tendrás que pulsar la flecha que te conduce hacia abajo hasta lo más hondo. Es un blog humilde que posiblemente termine por desaparecer y a partir de aquí no puedo decir más porque no hago pie y me ahogo. Bueno, sí, llevas razón, no se trata de esto y me estoy equivocando, qué se le va a hacer, siempre me gustó aparentar lo que no soy. No se trata de volver atrás ni de mirar atrás, estamos rodeados de imágenes que nos miran desde el tiempo y hay que ponerlas a hablar. Aunque si buscas la verdad habría que traer aquí la pregunta del escéptico Pilatos: "¿Qué es la verdad?" No sé lo que puede durar esta tarde de lluvia de verano cuando todavía no ha llegado el verano, tampoco sé cuál es mi obligación como responsable de este blog. A la hora de reflexionar conviene no ir mucho más allá de lo que repetía Euclides, que dos cosas iguales a una tercera son iguales entre sí. Y hasta ahí llego, no tengo más cabeza.

¿Cabeza? Nació el diez de febrero de mil novecientos cincuenta y la constelación ese día era favorable. El Sol estaba en el signo de Venus y Marte y Mercurio no andaban muy lejos. Únicamente la Luna, situada en el centro ponía una nota de incertidumbre entre la luminosidad y la sombra, algo que hizo su vida díficilmente explicable. Ahora pasa sus días sabiendo que algo cesa y algo se transforma y que a ese transcurrir le llaman tiempo. En estos momentos busca donde esconderse.

¿Por qué esa necesidad de contar? Remover el pasado es peligroso, un poeta valenciano dice que hay que tener cuidado con los recuerdos no sea que te pasen por encima como una manada de búfalos.

¿Miente? ¿Quién? ¿Por qué? ¿Y si recuerda? Si no existiera ese conflicto, qué sería de nosotros. (Continúa pulsando la flecha hacia abajo)

Palabras de un jefe sajón a Edwin, rey de Northumberland, según la traducción latina hecha cien años más tarde por Beda el Venerable en el monasterio de Jarrow, anotada ciento cincuenta años después en un inglés incipiente por el rey Alfredo el Grande en los momentos de tregua en su lucha con los daneses, siguiendo la libre interpretación al ladino que tras varios siglos hizo el judio sefardí Moisés Ximénez con la esperanza de que algún día, algún descendiente suyo las leyera:

"Estamos solos, gran rey, pronto la gran nube que hará desaparecer el mundo nos cubrirá con su manto. No es hora de mentir ni de callar pues nunca la dicha es completa y la vida, comparada con los anchos espacios del tiempo, se asemeja al vuelo de un pájaro que, de improviso, se introduce por el hueco de una ventana hasta el interior de la alcoba donde arde el fuego de la chimenea mientras afuera, la nieve, el helado viento y el granizo son la cara del invierno. El pájaro, temeroso, cruza la estancia acogedora y escapa rápidamente por el lado opuesto creyendo encontrar una vida mejor y la libertad cuando, en realidad, no ha comprendido nada. Así es nuestra existencia, gran rey, corta e incierta, el presente nos puede parecer cómodo y tranquilo pero no sabemos lo que nos precede y, menos aún, lo que vendrá después. Rápidamente, como el pájaro, desapareceremos. ¿A qué más dioses? ¿Para qué ese Jesucristo que la Roma tambaleante viene a ofrecernos? Estamos solos, gran rey. Se pueden buscar nuevos dioses, pero el pájaro nunca regresa".

Yo, Moisés Ximénez, judio renegado y converso, juro por Dios a mi descendiente que estas palabras leyera que me gustaría haber nacido hace seiscientos años y ser ahora alguien importante y estar enterrado en una iglesia donde mi cuerpo mortal quedase inmortalizado en el fresco de sus paredes. Yo, naciendo de mi madre. Yo, haciendo obras de caridad. Yo, el día de mi boda. Yo, matando un oso. Yo, regresando vencedor de la guerra. Porque es en las iglesias cristianas donde se ve que el arte consuela. Y un poema mío grabado a los pies del altar siempre podrá leerse. Y el oro y las piedras de mis joyas convertidos en un cáliz que cada vez que el sacerdote lo alce haga recordar a la gente mi poderío y mi fuerza. Los ateos no saben lo que se pierden pues sin vida eterna el mundo da escalofrío. El gran Séptimo Severo hace mucho que murió en esa ciudad de York y la historia lo recuerda. La antigua Elburaco vive y una mujer llamada Marguerite Yourcenar la resucitará años después como resucitará a Adriano y tú, no yo, leerás cuanto escriba. El tiempo es un gran constructor, no debes olvidarlo. Me creas o no te estoy viendo. Enorgullécete pues soy de los tuyos como tu chacho Cecilio, tu abuelo Miguel, tantos que no conociste. Soy de los tuyos, alza la cabeza. Yo sé que han de venir palabras extrañas como conjuros: Internet. Blog, Email. No more mouse, please. Pero no te harán más libre. La memoria de los seres imperfectos es como agua que se guarda con las manos y desaparece. Cume an spearwa and braedlice thaet hus hurhfleo, cume. Las palabras vienen y pasan. Otras vienen y pasan. Matrix. Seven. Blade Runner. Ne me quitte pas. Serrat. Mediterráneo. A los dioses no les conviene vuestra salvación porque haríais demasiado ruido. ¡Pandemonium! ¿De qué sirve recordar?

Verba, inventio, dispositio, elocutio, actio. Atarfe City. New York City. Macondo City. Epinosa de los Monteros City. Entonces Atarfe era tan pequeño que cuando un forastero llegaba al pueblo todo el mundo se enteraba.

Yo, Moisés Ximenez, siempre ando envuelto en palabras. Sombras. Sombras. No te agarres al momento que se irá para siempre. Cada palabra soporta su destino como puede y ahora escucho un susurro de voces. Dicen que la muerte se acerca. No me quejo. Más allá, como las cuentas de un collar venido de Oriente, los días que nunca he de ver ruedan por el suelo.

Éste que veis en la fotografía, cansado y con aspecto de fantasma, es el hermano menor; está al lado de un cuadro de los llamados modernos, es decir, de los que requieren una reflexión y eso es lo que pretenden hacer los dos hermanos: mirar y reflexionar. Mirar hacia su pasado y reflexionar sobre lo que signifcó todo aquello. Es evidente que son unos bichos raros, no buscan un recuerdo nostálgico, en su perspectiva narrativa los dos intentarán fundirse en uno hasta alcanzar una única voz. El yo narrativo será un nosotros aunque el de la fotografía para hablar de su infancia tendrá que hablaros de la música, concretamente de la música de Iglesia, porque su tío Miguel era el organista del pueblo y él le acompañaba a todas partes. En su honor colgamos el Pange Lingua- Tantum Ergo, para que quien quiera recuerde como eran los triduos y las novenas de entonces. También colgamos el poema ´´Itaca" de Constantino Kavafis, en homenaje a todas las personas que hicieron de su vida un ejemplo de dignidad, como fue la vida de nuestro padre. No estamos seguros de qué saldrá al final y dudamos porque ahí sigue el epílogo de Francisco Ayala en "Jardín de delicias" : "¿No es perverso intento oponerse a la fugacidad de la vida? Pues por lo visto los dos hermanos piensan que no, ni perverso ni vano, porque van a hablar de sus pasos en la tierra. ¿Recuerdan el Don Juan con sus ripios? "Clamé al cielo y no me oyó y pues sus puertas me cierra, de mis pasos en la tierra el cielo pague y no yo." ¿Quién pagará aquí los platos rotos? No el cielo, desde luego ni quienes esto lean, que ninguna culpa tienen. No queda más remedio que esperar y ver. Yo, en este momento giro la cabeza a la derecha y me asusta lo que veo, una especie de historia o de relato del mapa que habito. Pero el mapa no es el territorio, en el territorio se puede andar hacia atrás, cerrar los ojos y encontrar al niño que fuisteis. Yo veo a un niño en el corral empedrado, jugando frente a la enorme yedra, completamente solo. El mapa no es el territorio. Ahora aparece el otro hermano.

-¿Qué haces? Le pregunta.- Nada. -¿No te aburres? -No.

Los dos hermanos apenas han jugado juntos pero hoy se han propuesto andar hacia atrás porque siempre quedan cosas que hay que recoger antes de que se las lleve el tiempo. Hoy uno ha propuesto recorrer juntos ese camino y el otro no se sorprende porque ya lo sabía, sabía que un día acabaría proponiéndoselo. Afrontar juntos el dolor de descolgarse de las fotografías.

-¿De verdad quieres ser cura? -Digo yo que sí.

La respuesta no le convence y le disgusta porque eso significa que seguirá en el seminario y sólo podrán verse un mes al año. Mámá les llama para merendar. Hoy hace el mismo viento que hizo entonces. Mientras bebe el vaso de leche lo mira y piensa que no servirá de cura. Al menos no está todo perdido, hoy le han dicho que en el bar de enfrente, el Bar Los Tres Amigos, van a poner un futbolín.

Hace más de medio siglo de esto, Leopoldo Bloom, de Ulyses, lo hace todo en una tarde pero a vosotros os costará sudores. Atarfe en los años cincuenta y sesenta era tan distinto que ya nadie se acuerda. Poner el reloj para que marche hacia atrás es complicado. ¿Por qué no lo dejáis? ¿A qué recordar años de descubrimientos, el primer amor, los Beatles y Garcilaso? Let it be mezclado con "infame turba de nocturnas aves, gimiendo tristes y volando graves".

¿Por qué hay que atreverse a contar? Poneos a recordar. ¡Vamos, deprisa, que el tiempo se acaba¡ Hay que darse prisa porque el tiempo trata de poner un manto púrpura ante vuestros ojos y para colmo al reloj de arena del tiempo, esa puta metáfora, le queda cada vez menos arena. Nunca seáis simuladores patológicos, había dolor por todas partes y se podía decir como León Felipe: "No he venido a cantar, podéis llevaros la guitarra". Pero vosotros queréis más, queréis cantar con Manuel Altolaguirre: "Yo y la luz te inventamos, ciudad que ahora en un alba, naces al mundo". ¿Quién dijo aquello del ojo que tú ves no es ojo porque lo miras, es ojo porque te ve? Adelante, adelante, los ojos del niño no comprenden por qué la gente baja la voz al hablar de ciertas cosas. Lo comprenderá años después al leer "Tiempo de Silencio", de Luis Martín Santos.

Sí, había dolor oculto por todas partes, no sólo en vuestra casa.

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Datos personales

Mi poema preferido es "Itaca" de Constantino Kavafis y mi pintura preferida es "Oval Gris" de Antoni Tapies. El poeta español vivo que más admiro es el sevillano Fernando Ortiz, un poeta a la altura de Cernuda y Aleixandre. En lo que al cine respecta la mejor película para mí es Blade Runner y luego Matrix y Seven. En música Without You y después Ne me quitte pas y Mediterráneo. Novelas muchas, sobre todo Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar en la excelente traducción de Cortázar y su ensayo titulado El Tiempo, Gran Escultor, dos libros que me influyeron mucho. (En este blog puedes consultar toda la obra de Yourcenar con resúmenes muy buenos). Pero como novela, Cien Años de Soledad será para mí siempre la primera.
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