jueves, 7 de junio de 2007

El tiempo no existe

Hoy jueves me he reunido con mis compañeros del Club de Lectura para conversar sobre "Cien años de soledad", de Gabriel García Márquez y he llegado a la conclusión de que el tiempo no existe: Esta semana, la semana pasada, la semana entrante, dentro de dos semanas, hace dos semanas, este mes, el mes pasado, el mes que hizo tanta calor, el año del terremoto, este año, el año próximo, dentro de dos años, muchos años después, el año que hice la primera comunión, hacia la hora del almuerzo, por la mañana temprano, a fin de mes, hace una hora, mañana por la mañana, uno de estos días, por la noche, por la tarde, ahora que escribo esto, ahora más o menos, justo ahora, en un momento, dentro de un momento, toda la vida, el lunes, el martes, antes de que yo naciera, a las cinco en punto de la tarde, a las seis de la tarde, a las siete, a las ocho, a mediodía, a medianoche, más o menos a las cinco, cerca de las cinco, sobre las nueve, después de las nueve, hoy, el diez de febrero, el año de la gran inundación, en mil novecientos cincuenta, en la edad de piedra, en el futuro, a la hora de morir.

Todas esas palabras son tonterías. Yo me pregunto: ¿Tengo tiempo? ¿Tengo suficiente tiempo? Según para qué. ¿Qué significa good morning? ¿Qué pasa? ¿Ya no te acuerdas? ¿A quién buscas? ¿Qué sucedió? ¿Qué noticias hay? ¿Qué hay de nuevo? ¿Lo has olvidado? ¡No¡ ¡No puedo creer que lo hayas olvidado¡ No te avergüences, alza la cabeza. ¡Vamos, alza la cabeza¡ Si tú lo dices; aunque por supuesto no basta con que tú lo digas. Antes es necesario que yo lo vea. ¿Es eso lo que quieres? ¿Eres feliz? Me alegro. Mañana tengo que ir al médico; no puedo dejar de ver al médico. Es necesaro admitir la verdad. Estoy en mi casa. Ahí al lado está mi mujer. ¿Dónde queda el hospital clínico? ¿No le molesta el ruido? Pues claro que sí. Tengo que contarle un montón de cosas a mi hermano. ¿Qué esperas? Es el maravilloso mundo de los recuerdos y las confidencias. ¿Ha dicho esperar? Sí, eso exactamente. Te propongo que no esperemos y hablemos de corrido. Quisiera reir. Sígame. ¿Adónde? ¿Sabe que se está poniendo pesado con tanta pregunta? ¿No me ha dicho que quiere reir?

"Cien años de soledad" se organiza en torno a un único personaje: el tiempo, un tiempo que es a la vez presente, futuro y pasado: "Muchos años después..." Y todo gira alrededor.

Este blog es más nostálgico de lo que parece y, además, lo más seguro es que comience diciendo en aquel tiempo o había una vez o por aquellos años o érase una vez. Son los inconvenientes de no llamarse García Márquez y querer escribir. Supongo que ustedes comprenderán ahora por qué Juliano el Apóstata lo pasó mal el día que inauguró el templo de su nueva religion y se vio solo. Aunque había invitado a todo el mundo no acudió nadie. Juliano gritaba y se desgañitaba: ¡Here comes everybody¡ ¡Here comes¡ Pero nada, la gente le dió la espalda, nadie parecía oirle, hay tantos puntos oscuros en el cerebro...
Puede que fuese debido al inglés.

-¿Me quieres? - Ella contestó: Quiero a otro.
-¿Me quieres? - Le hizo aquella pregunta aun sabiendo que quería a otro. Ella contestó: No.

Eso es la psicología, amigo. Usted hable, hable, no pare, no se detenga en los datos ni en la psicología, en eso consiste un blog. Déme un poco de tiempo, a veces no sé qué debo contar. ¿Cuántos hermanos tiene? Uno. ¿A qué se dedicaba su padre? Era funcionario, el Administrador de Correos del pueblo. ¿Cómo se llama el pueblo? Atarfe, está cerca de Granada. ¡Venga acá¡ ¡No tema que no me lo voy a comer¡ ¡Y alegre esa cara, hombre, que más se perdió en Cuba¡ ¿Qué tal le va en el Club de Lectura? Bien, bien, muy bien.

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Chillida Leku

Chillida  Leku
El que mira pone la luz

El que es mirado es objeto de sombra

El que es mirado es objeto de sombra
PLAN DE URBANISMO

Oval Gris

Oval Gris
Autor: Antoni Tapies

Como un fantasma

Another bad year, otro año malo y van cincuenta y siete, no sé como puedes aguantar tanto.

- ¿Estás seguro de lo que dices?

- Yo no estoy seguro de nada, no pretendas juzgarme.

Fin de la historia, el sujeto se borra y todos sus días anteriores desaparecen. Ahora amanece y un nuevo día le obliga a encoger los hombros para preguntarse quién soy, qué significa este vacío que parece que me está esperando. En la barriga del tiempo sólo hay sombras y como puedes ver éste es un blog mal construido en el que tendrás que pulsar la flecha que te conduce hacia abajo hasta lo más hondo. Es un blog humilde que posiblemente termine por desaparecer y a partir de aquí no puedo decir más porque no hago pie y me ahogo. Bueno, sí, llevas razón, no se trata de esto y me estoy equivocando, qué se le va a hacer, siempre me gustó aparentar lo que no soy. No se trata de volver atrás ni de mirar atrás, estamos rodeados de imágenes que nos miran desde el tiempo y hay que ponerlas a hablar. Aunque si buscas la verdad habría que traer aquí la pregunta del escéptico Pilatos: "¿Qué es la verdad?" No sé lo que puede durar esta tarde de lluvia de verano cuando todavía no ha llegado el verano, tampoco sé cuál es mi obligación como responsable de este blog. A la hora de reflexionar conviene no ir mucho más allá de lo que repetía Euclides, que dos cosas iguales a una tercera son iguales entre sí. Y hasta ahí llego, no tengo más cabeza.

¿Cabeza? Nació el diez de febrero de mil novecientos cincuenta y la constelación ese día era favorable. El Sol estaba en el signo de Venus y Marte y Mercurio no andaban muy lejos. Únicamente la Luna, situada en el centro ponía una nota de incertidumbre entre la luminosidad y la sombra, algo que hizo su vida díficilmente explicable. Ahora pasa sus días sabiendo que algo cesa y algo se transforma y que a ese transcurrir le llaman tiempo. En estos momentos busca donde esconderse.

¿Por qué esa necesidad de contar? Remover el pasado es peligroso, un poeta valenciano dice que hay que tener cuidado con los recuerdos no sea que te pasen por encima como una manada de búfalos.

¿Miente? ¿Quién? ¿Por qué? ¿Y si recuerda? Si no existiera ese conflicto, qué sería de nosotros. (Continúa pulsando la flecha hacia abajo)

Palabras de un jefe sajón a Edwin, rey de Northumberland, según la traducción latina hecha cien años más tarde por Beda el Venerable en el monasterio de Jarrow, anotada ciento cincuenta años después en un inglés incipiente por el rey Alfredo el Grande en los momentos de tregua en su lucha con los daneses, siguiendo la libre interpretación al ladino que tras varios siglos hizo el judio sefardí Moisés Ximénez con la esperanza de que algún día, algún descendiente suyo las leyera:

"Estamos solos, gran rey, pronto la gran nube que hará desaparecer el mundo nos cubrirá con su manto. No es hora de mentir ni de callar pues nunca la dicha es completa y la vida, comparada con los anchos espacios del tiempo, se asemeja al vuelo de un pájaro que, de improviso, se introduce por el hueco de una ventana hasta el interior de la alcoba donde arde el fuego de la chimenea mientras afuera, la nieve, el helado viento y el granizo son la cara del invierno. El pájaro, temeroso, cruza la estancia acogedora y escapa rápidamente por el lado opuesto creyendo encontrar una vida mejor y la libertad cuando, en realidad, no ha comprendido nada. Así es nuestra existencia, gran rey, corta e incierta, el presente nos puede parecer cómodo y tranquilo pero no sabemos lo que nos precede y, menos aún, lo que vendrá después. Rápidamente, como el pájaro, desapareceremos. ¿A qué más dioses? ¿Para qué ese Jesucristo que la Roma tambaleante viene a ofrecernos? Estamos solos, gran rey. Se pueden buscar nuevos dioses, pero el pájaro nunca regresa".

Yo, Moisés Ximénez, judio renegado y converso, juro por Dios a mi descendiente que estas palabras leyera que me gustaría haber nacido hace seiscientos años y ser ahora alguien importante y estar enterrado en una iglesia donde mi cuerpo mortal quedase inmortalizado en el fresco de sus paredes. Yo, naciendo de mi madre. Yo, haciendo obras de caridad. Yo, el día de mi boda. Yo, matando un oso. Yo, regresando vencedor de la guerra. Porque es en las iglesias cristianas donde se ve que el arte consuela. Y un poema mío grabado a los pies del altar siempre podrá leerse. Y el oro y las piedras de mis joyas convertidos en un cáliz que cada vez que el sacerdote lo alce haga recordar a la gente mi poderío y mi fuerza. Los ateos no saben lo que se pierden pues sin vida eterna el mundo da escalofrío. El gran Séptimo Severo hace mucho que murió en esa ciudad de York y la historia lo recuerda. La antigua Elburaco vive y una mujer llamada Marguerite Yourcenar la resucitará años después como resucitará a Adriano y tú, no yo, leerás cuanto escriba. El tiempo es un gran constructor, no debes olvidarlo. Me creas o no te estoy viendo. Enorgullécete pues soy de los tuyos como tu chacho Cecilio, tu abuelo Miguel, tantos que no conociste. Soy de los tuyos, alza la cabeza. Yo sé que han de venir palabras extrañas como conjuros: Internet. Blog, Email. No more mouse, please. Pero no te harán más libre. La memoria de los seres imperfectos es como agua que se guarda con las manos y desaparece. Cume an spearwa and braedlice thaet hus hurhfleo, cume. Las palabras vienen y pasan. Otras vienen y pasan. Matrix. Seven. Blade Runner. Ne me quitte pas. Serrat. Mediterráneo. A los dioses no les conviene vuestra salvación porque haríais demasiado ruido. ¡Pandemonium! ¿De qué sirve recordar?

Verba, inventio, dispositio, elocutio, actio. Atarfe City. New York City. Macondo City. Epinosa de los Monteros City. Entonces Atarfe era tan pequeño que cuando un forastero llegaba al pueblo todo el mundo se enteraba.

Yo, Moisés Ximenez, siempre ando envuelto en palabras. Sombras. Sombras. No te agarres al momento que se irá para siempre. Cada palabra soporta su destino como puede y ahora escucho un susurro de voces. Dicen que la muerte se acerca. No me quejo. Más allá, como las cuentas de un collar venido de Oriente, los días que nunca he de ver ruedan por el suelo.

Éste que veis en la fotografía, cansado y con aspecto de fantasma, es el hermano menor; está al lado de un cuadro de los llamados modernos, es decir, de los que requieren una reflexión y eso es lo que pretenden hacer los dos hermanos: mirar y reflexionar. Mirar hacia su pasado y reflexionar sobre lo que signifcó todo aquello. Es evidente que son unos bichos raros, no buscan un recuerdo nostálgico, en su perspectiva narrativa los dos intentarán fundirse en uno hasta alcanzar una única voz. El yo narrativo será un nosotros aunque el de la fotografía para hablar de su infancia tendrá que hablaros de la música, concretamente de la música de Iglesia, porque su tío Miguel era el organista del pueblo y él le acompañaba a todas partes. En su honor colgamos el Pange Lingua- Tantum Ergo, para que quien quiera recuerde como eran los triduos y las novenas de entonces. También colgamos el poema ´´Itaca" de Constantino Kavafis, en homenaje a todas las personas que hicieron de su vida un ejemplo de dignidad, como fue la vida de nuestro padre. No estamos seguros de qué saldrá al final y dudamos porque ahí sigue el epílogo de Francisco Ayala en "Jardín de delicias" : "¿No es perverso intento oponerse a la fugacidad de la vida? Pues por lo visto los dos hermanos piensan que no, ni perverso ni vano, porque van a hablar de sus pasos en la tierra. ¿Recuerdan el Don Juan con sus ripios? "Clamé al cielo y no me oyó y pues sus puertas me cierra, de mis pasos en la tierra el cielo pague y no yo." ¿Quién pagará aquí los platos rotos? No el cielo, desde luego ni quienes esto lean, que ninguna culpa tienen. No queda más remedio que esperar y ver. Yo, en este momento giro la cabeza a la derecha y me asusta lo que veo, una especie de historia o de relato del mapa que habito. Pero el mapa no es el territorio, en el territorio se puede andar hacia atrás, cerrar los ojos y encontrar al niño que fuisteis. Yo veo a un niño en el corral empedrado, jugando frente a la enorme yedra, completamente solo. El mapa no es el territorio. Ahora aparece el otro hermano.

-¿Qué haces? Le pregunta.- Nada. -¿No te aburres? -No.

Los dos hermanos apenas han jugado juntos pero hoy se han propuesto andar hacia atrás porque siempre quedan cosas que hay que recoger antes de que se las lleve el tiempo. Hoy uno ha propuesto recorrer juntos ese camino y el otro no se sorprende porque ya lo sabía, sabía que un día acabaría proponiéndoselo. Afrontar juntos el dolor de descolgarse de las fotografías.

-¿De verdad quieres ser cura? -Digo yo que sí.

La respuesta no le convence y le disgusta porque eso significa que seguirá en el seminario y sólo podrán verse un mes al año. Mámá les llama para merendar. Hoy hace el mismo viento que hizo entonces. Mientras bebe el vaso de leche lo mira y piensa que no servirá de cura. Al menos no está todo perdido, hoy le han dicho que en el bar de enfrente, el Bar Los Tres Amigos, van a poner un futbolín.

Hace más de medio siglo de esto, Leopoldo Bloom, de Ulyses, lo hace todo en una tarde pero a vosotros os costará sudores. Atarfe en los años cincuenta y sesenta era tan distinto que ya nadie se acuerda. Poner el reloj para que marche hacia atrás es complicado. ¿Por qué no lo dejáis? ¿A qué recordar años de descubrimientos, el primer amor, los Beatles y Garcilaso? Let it be mezclado con "infame turba de nocturnas aves, gimiendo tristes y volando graves".

¿Por qué hay que atreverse a contar? Poneos a recordar. ¡Vamos, deprisa, que el tiempo se acaba¡ Hay que darse prisa porque el tiempo trata de poner un manto púrpura ante vuestros ojos y para colmo al reloj de arena del tiempo, esa puta metáfora, le queda cada vez menos arena. Nunca seáis simuladores patológicos, había dolor por todas partes y se podía decir como León Felipe: "No he venido a cantar, podéis llevaros la guitarra". Pero vosotros queréis más, queréis cantar con Manuel Altolaguirre: "Yo y la luz te inventamos, ciudad que ahora en un alba, naces al mundo". ¿Quién dijo aquello del ojo que tú ves no es ojo porque lo miras, es ojo porque te ve? Adelante, adelante, los ojos del niño no comprenden por qué la gente baja la voz al hablar de ciertas cosas. Lo comprenderá años después al leer "Tiempo de Silencio", de Luis Martín Santos.

Sí, había dolor oculto por todas partes, no sólo en vuestra casa.

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Datos personales

Mi poema preferido es "Itaca" de Constantino Kavafis y mi pintura preferida es "Oval Gris" de Antoni Tapies. El poeta español vivo que más admiro es el sevillano Fernando Ortiz, un poeta a la altura de Cernuda y Aleixandre. En lo que al cine respecta la mejor película para mí es Blade Runner y luego Matrix y Seven. En música Without You y después Ne me quitte pas y Mediterráneo. Novelas muchas, sobre todo Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar en la excelente traducción de Cortázar y su ensayo titulado El Tiempo, Gran Escultor, dos libros que me influyeron mucho. (En este blog puedes consultar toda la obra de Yourcenar con resúmenes muy buenos). Pero como novela, Cien Años de Soledad será para mí siempre la primera.
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