jueves, 28 de junio de 2007

Voces del pasado

En el momento de ponernos a hablar del Atarfe de nuestra infancia, ¿vamos a ser personajes nosotros mismos? (La pregunta va dirigida a mi hermano) Porque antes de hablar del pasado debemos saber donde nos situamos: observándonos desde el puente o como observadores del puente, un puente que nos lleva hacia atrás como vivientes condenados a morir, ésa sí que es una paradoja trágica, es un puente que destruyen los olvidos y se rehace en la memoria. ¿Lo vamos a recordar todo? Aldous Huxley en "Un mundo feliz" dice que al recordar practicamos la alquimia al revés, tocamos oro y lo convertimos en plomo. Habrá que ir con cuidado. Aquel Atarfe estaba lleno de palabras que han desaparecido para siempre: farfolla. Entonces los pobres no dormían en colchones de lana sino en colchones de farfolla. Esta endeble pasarela que vamos a recorrer una vez que te pones a andar por ella no acaba nunca, es un accidente; yo pienso que el recuerdo es siempre una aproximación. ¿Vamos? Cierro los ojos. Cuando tú digas.

¿Dónde nos llevará?

martes, 19 de junio de 2007

Recuerdos

Novalis define los recuerdos como "llama del alma"; hay una película de Federico Fellini, "Amacord", que es un ejemplo claro de todo esto. Yo intentaré recordar a mi manera y dentro de mis limitaciones como un regreso a Ítaca, pues en cualquier tiempo y en cualquier lugar todos somos materia de recuerdos y queremos tener una noche para desembarcar en la isla del fondo de los años y quedarnos solos escuchando el ruido de las olas a las espaldas. Creo que fue Javier Marías quien dijo que la vida de cada uno no es contable porque, en cuanto la cuentas, ya estás modificándola; en todo caso contaré la mía, mi infancia, a mi manera y a la manera de Pessoa: "Sin estrujar mucho el cerebro", pues "la vida hay que verla siempre de lejos y no interrogarla nunca, dejando para el recuerdo lo mejor de lo que fuímos".

Mi hermano Miguel y yo podemos decir que nuestra infancia estuvo llena de cuentos: Caperucita y el Lobo, Blancanieves, Cenicienta, Pulgarcito, aunque también nos asustaban con el Sacamantecas; canciones como el Corro de la Patata y poesías jugando con los dedos: "Éste puso un huevo" o "Jesusito de mi vida". Años después llegarían los tebeos del Capitán Trueno, el Jabato, Roberto Alcázar y Pedrín y luego, más tarde, las películas en el cine Benítez y el cine Álvaro.

Todo transcurría en un ambiente seguro y protector con papá y mamá siempre pendientes, nuestra única abuela, Paca Cabello, ciega y constantemente en la cama con un rosario y un paquete de galletas en la mesita de noche, nuestro tío Faustino, sordomudo y una de las personas más inteligentes que he conocido (aprendió a sumar, a restar y a multiplicar usando la base diez sin que nadie le enseñara), nuestra tita Rosa, nuestra tita Elisa, nuestros tíos Miguel y Pepe Cabello, nuestros primos tan mayores; en un pueblo pequeño atravesado por el tranvía, donde la calle Generalísimo Franco se seguía llamando calle Real, igual que en tiempos de la República y la estatua del Sagrado Corazón de Jesús era simplemente "el Santo" y la ermita de Los Tres Juanes se llamaba "El castillejo", un pueblo donde en tiempos de sequía salía el párroco en procesión a bendecir el campo y hacer la "Rogatio ad pluviam" y donde cuando alguien estaba muy enfermo salía el Viático bajo palio y las campanas tocaban al amanecer para la misa primera.

Ese Atarfe que hoy parece tener la maldición de Lampedusa porque aquí parece que todo cambia para que nada siga igual aunque algunos de nosotros no nos sintamos gatopardos extraños cuando regresamos. Ese pueblo, en fin, sin los tejeringos de La Triana, los caramelos de La Chinita, los polos de Las Pistolas, en el que mi hermano y yo trataremos de hacer cierta la frase de José Ángel Valente: "Somos lo que hemos llegado a ser pero siempre seremos lo que fuímos"


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domingo, 17 de junio de 2007

sábado, 9 de junio de 2007

The Matrix - Wikipedia, la enciclopedia libre

The Matrix - Wikipedia, la enciclopedia libre Una gran película por su guión

Blade Runner - Wikipedia, la enciclopedia libre

Blade Runner - Wikipedia, la enciclopedia libre Para mí la mejor película de la historia del cine

Seven - Wikipedia, la enciclopedia libre

Seven - Wikipedia, la enciclopedia libre Otra extraordinaria película por su guión que me fascinó

Marguerite Yourcenar/ Guía de lectura

Marguerite Yourcenar/ Guía de lectura (Una escritoria perfecta y completa)

Margarita Youcernar:EL TIEMPO, GRAN ESCULTOR

El placer de leer,...¡ Y no es pecado! Este libro marcó en mí un antes y un después.
Redaccion Popular:EL TIEMPO, GRAN ESCULTOR

Alejandria - Cine

Las palabras hacen grande al cine, más aún que las imágenes - Cine Aquí podéis ver algo de Seven y de Matrix..., dos películas acojonantes y estupendas.

jueves, 7 de junio de 2007

"Estos días azules y este sol de la infancia"


Machado, como todos los poetas, lo sabe, sabe que el tiempo no existe: "... este sol de la infancia." ¿Y yo pretendo hacer un blog basado en el tiempo? Debo estar loco. Pero sigamos con la poesía.

"¿Qué nos queda del presente?
Del pasado y del futuro,
¿qué esperamos?
Tan sólo la transparente
certeza de lo inseguro
en las manos...."

Estos versos son de Fernando Ortiz, un poeta para quien la vida es algo a lo que hay que ponerle ironía para no acabar malamente, como cuando dice que todo lo que nos pasa tiene que ver muy poco con el tiempo porque "nunca sabremos nada sobre el tiempo" y por eso las grandes palabras sobran "porque llega un momento en que se vuelven grises los colores más vivos que la infancia dibuja". Yo pienso igual, que poco hay que hacer en este mundo salvo aguantarse y para demostrarlo bastan estos otros versos de Fernando:

"De qué valdrán las verdades
que nos enseñan los años
si no les sirven a nadie."

Fue Albert Einstein quien, con la Teoría de la Relatividad, demostró matemáticamente que el tiempo por sí solo no existe y para los que no sabemos matemáticas, el famoso físico y astrónomo inglés Stephen Hawking lo demuestra con sencillas palabras diciendo que cuando miramos al universo lo vemos tal y como fue en el pasado, vemos estrellas que ahora mismo no existen y otras que ya existen tendrán que pasar miles o millones de años para que su luz llegue a nuestros ojos y, por tanto, aparezcan en el cielo. Afirma Hawking que: "Para ver el pasado basta con alzar la cabeza en una noche estrellada y eso demuestra que el tiempo, como una magnitud real e independiente, no tiene consistencia porque nadie puede estar a la vez en el presente y en el pasado, eso es imposible. Si alguien pudiese contemplarme a mí desde un lugar que está a años luz de distancia podría llegar a verme vivo después de que hubiese muerto y yo no puedo estar vivo y muerto a la vez, es inconcebible."

Luego el tiempo, como nos lo imaginamos nosotros, cosa de relojes y almanaques, no es real, no tiene consistencia y hasta es posible que este blog que habla del tiempo sea nada y que no exista. O puede que seas tú el que no existas, o que sea yo, o los dos a la vez. En fin, volvamos a Fernando Ortiz para comprenderlo:

" ¿Es esa nada el sueño o es la nada la vida?
¿O quizá es la nada donde se erige el sueño
que a su vez, es lo hondo del pozo de la vida? "

Calma, calma, no nos pongamos nerviosos, este blog nace de una propuesta que me hizo mi hermano: recordar nuestra niñez y nuestro pueblo y yo, al escribir, no puedo dejar de pensar en unos versos de mi poeta preferido, eso es todo.

"¿Dónde va el caballero
con paso que se alza sobre el gris de las horas?
Allá, allá lejos;
donde no existe olvido,
junto a su hermano en la melancolía,
a cumplir su destino más secreto y más libre."

Que no cunda el pánico.

El tiempo no existe

Hoy jueves me he reunido con mis compañeros del Club de Lectura para conversar sobre "Cien años de soledad", de Gabriel García Márquez y he llegado a la conclusión de que el tiempo no existe: Esta semana, la semana pasada, la semana entrante, dentro de dos semanas, hace dos semanas, este mes, el mes pasado, el mes que hizo tanta calor, el año del terremoto, este año, el año próximo, dentro de dos años, muchos años después, el año que hice la primera comunión, hacia la hora del almuerzo, por la mañana temprano, a fin de mes, hace una hora, mañana por la mañana, uno de estos días, por la noche, por la tarde, ahora que escribo esto, ahora más o menos, justo ahora, en un momento, dentro de un momento, toda la vida, el lunes, el martes, antes de que yo naciera, a las cinco en punto de la tarde, a las seis de la tarde, a las siete, a las ocho, a mediodía, a medianoche, más o menos a las cinco, cerca de las cinco, sobre las nueve, después de las nueve, hoy, el diez de febrero, el año de la gran inundación, en mil novecientos cincuenta, en la edad de piedra, en el futuro, a la hora de morir.

Todas esas palabras son tonterías. Yo me pregunto: ¿Tengo tiempo? ¿Tengo suficiente tiempo? Según para qué. ¿Qué significa good morning? ¿Qué pasa? ¿Ya no te acuerdas? ¿A quién buscas? ¿Qué sucedió? ¿Qué noticias hay? ¿Qué hay de nuevo? ¿Lo has olvidado? ¡No¡ ¡No puedo creer que lo hayas olvidado¡ No te avergüences, alza la cabeza. ¡Vamos, alza la cabeza¡ Si tú lo dices; aunque por supuesto no basta con que tú lo digas. Antes es necesario que yo lo vea. ¿Es eso lo que quieres? ¿Eres feliz? Me alegro. Mañana tengo que ir al médico; no puedo dejar de ver al médico. Es necesaro admitir la verdad. Estoy en mi casa. Ahí al lado está mi mujer. ¿Dónde queda el hospital clínico? ¿No le molesta el ruido? Pues claro que sí. Tengo que contarle un montón de cosas a mi hermano. ¿Qué esperas? Es el maravilloso mundo de los recuerdos y las confidencias. ¿Ha dicho esperar? Sí, eso exactamente. Te propongo que no esperemos y hablemos de corrido. Quisiera reir. Sígame. ¿Adónde? ¿Sabe que se está poniendo pesado con tanta pregunta? ¿No me ha dicho que quiere reir?

"Cien años de soledad" se organiza en torno a un único personaje: el tiempo, un tiempo que es a la vez presente, futuro y pasado: "Muchos años después..." Y todo gira alrededor.

Este blog es más nostálgico de lo que parece y, además, lo más seguro es que comience diciendo en aquel tiempo o había una vez o por aquellos años o érase una vez. Son los inconvenientes de no llamarse García Márquez y querer escribir. Supongo que ustedes comprenderán ahora por qué Juliano el Apóstata lo pasó mal el día que inauguró el templo de su nueva religion y se vio solo. Aunque había invitado a todo el mundo no acudió nadie. Juliano gritaba y se desgañitaba: ¡Here comes everybody¡ ¡Here comes¡ Pero nada, la gente le dió la espalda, nadie parecía oirle, hay tantos puntos oscuros en el cerebro...
Puede que fuese debido al inglés.

-¿Me quieres? - Ella contestó: Quiero a otro.
-¿Me quieres? - Le hizo aquella pregunta aun sabiendo que quería a otro. Ella contestó: No.

Eso es la psicología, amigo. Usted hable, hable, no pare, no se detenga en los datos ni en la psicología, en eso consiste un blog. Déme un poco de tiempo, a veces no sé qué debo contar. ¿Cuántos hermanos tiene? Uno. ¿A qué se dedicaba su padre? Era funcionario, el Administrador de Correos del pueblo. ¿Cómo se llama el pueblo? Atarfe, está cerca de Granada. ¡Venga acá¡ ¡No tema que no me lo voy a comer¡ ¡Y alegre esa cara, hombre, que más se perdió en Cuba¡ ¿Qué tal le va en el Club de Lectura? Bien, bien, muy bien.

sábado, 2 de junio de 2007

El armario



Había un armario enorme en la casa, hecho expresamente para aquella habitación, iba desde el suelo hasta el techo con una profundidad superior al metro y una madera excelente. Tenía parte baja y parte alta, con varias puertas y en medio una serie de cajones. Cuando no me veía nadie me subía en una silla, entraba por una puerta alta del armario y avanzaba sin hacer ruido, entre abrigos y ropas, todo completamente a oscuras hasta salir por la puerta del otro extremo. Una experiencia maravillosa.

Cuántas veces habré recordado ese tiempo vivido en la oscuridad como una etapa feliz en la que voluntariamente buscaba la aventura. Luego me vino la vida a trancas y barrancas, a sopetones, algo así como le vino al coronel Aureliano Buendía, que hizo treinta y dos guerras civiles y las perdió todas y ya no necesité aventuras. Y es que entonces yo era un niño inocente que entraba por una puerta del armario sin sospechar que al salir, el tiempo, siempre vengativo, me estaría esperando.

viernes, 1 de junio de 2007

Imagen:Iglesia Atarfe.jpg - Wikipedia, la enciclopedia libre

Imagen:Iglesia Atarfe.jpg - Wikipedia, la enciclopedia libre

El caballito

En aquel Atarfe los días de invierno eran días de mesa camilla y brasero de picón, que se meneaba con la paleta y había que saber hacerlo. Las mujeres le temían porque les salían cabritillas (venas dilatadas), también eran días de castañas tostadas y rosetas (palomitas) pero, sobre todo, eran días para escuchar la radio o sentir la radio como se decía entonces. Los programas favoritos eran las radionovelas como "Ama Rosa" y, sobre todo, "Matilde, Perico y Periquín", patrocinado por Cola Cao con su canción de "yo soy aquel negrito del áfrica tropical". Cuando Atarfe tuvo su propia emisosa: Radio Popular de Atarfe, creada por mi primo Juanito "el de las gaseosas" y Eugenio Barranco, el hijo del maestro don Manuel Barranco, siendo locutores mi primo Paquito y Trini Jimena, entonces el programa más interesante eran los discos dedicados porque al escuchar las dedicatorias la gente creía entender una especie de mensajes que ocultaban pasiones y amoríos. Pero el programa serio eran las noticias de Radio Nacional de España, que todas las emisoras estaban obligadas a darlas a la vez, fuese la que fuese. La gente en vez de noticias lo llamaba "el parte", probablemente por una costumbre de la guerra civil. Al acabar el parte el locutor daba un viva Franco y un viva España y sonaba la Marcha Real, el Cara al Sol y el Oriamedi de los carlistas, todo seguido. No resultaba extraño que los niños del pueblo pensáramos que Franco era un señor que estaba en todas partes, estaba en la radio, estaba en la gran fotografía de la escuela, se le notaba en la iglesia y en la calle y es que aquello era la posguerra que se nos ha quedado metida dentro a todos.
Por eso no me resisto a traer aquí lo que escribe Orhan Pamuk en su novela "Estambul, ciudad y recuerdos":

"Todo el que siente curiosidad por darle un significado a su vida se ha preguntado, al menos una vez, por el sentido del lugar y del momento en que ha nacido. ¿Qué significa que yo haya nacido en tal fecha y en tal rincón del mundo?"

Pues lo que quieren hacer los dos hermanos es responder a esa pregunta, pues parecer ser que son hermanos esos dos que ahora llaman al tiempo como si realmente aquellos niños siguiesen siendo ellos mismos y un continuo ir y venir de gente les aliviase la historia. Gente que nunca hará de la historia una justificación, si es que el relato es cierto, eso ya os lo iré diciendo o simplemente todo se queda en una redacción incompleta que se hace la misma pregunta que Orhan Pamuk: el pueblo que vivieron, la gente que conocieron, las grietas de la vida, lo que sobrecoge el alma. Y es que, en aquel tiempo los niños de Atarfe se dividían en ricos y pobres y a ellos le había tocado estar del lado de los ricos o, al menos, con posibles. Eso significaba que vivían en una casa de la Calle Real y que el ía de su primera comunión vestirían un uniforme completamente blaco en vez de gris y que la Noche de Reyes, Melchor, Gaspar o Baltasar se portarían como es debido y les traerían juguetes.

Ahora veo al más pequeño de los dos con su enorme caballo de cartón. Todos los días su padre mandaba a Alfonso, el cartero, para que fuese a la casa y le llevara a su hijo el caballito a la plaza del Ayuntamiento. Ahí podéis verle balanceándose y siendo la admiración de los otros niños. Pero nunca se baja, nunca le deja su caballito a nadie. ¡Menudo es Pepito¡

¿Y quiere ahora venir a saldar sus cuentas pendientes con los abismos dando un salto? ¿Precisamente ahora cuando intuye que ya no le queda tiempo? Seréis idiotas si le escucháis.

Chillida Leku

Chillida  Leku
El que mira pone la luz

El que es mirado es objeto de sombra

El que es mirado es objeto de sombra
PLAN DE URBANISMO

Oval Gris

Oval Gris
Autor: Antoni Tapies

Como un fantasma

Another bad year, otro año malo y van cincuenta y siete, no sé como puedes aguantar tanto.

- ¿Estás seguro de lo que dices?

- Yo no estoy seguro de nada, no pretendas juzgarme.

Fin de la historia, el sujeto se borra y todos sus días anteriores desaparecen. Ahora amanece y un nuevo día le obliga a encoger los hombros para preguntarse quién soy, qué significa este vacío que parece que me está esperando. En la barriga del tiempo sólo hay sombras y como puedes ver éste es un blog mal construido en el que tendrás que pulsar la flecha que te conduce hacia abajo hasta lo más hondo. Es un blog humilde que posiblemente termine por desaparecer y a partir de aquí no puedo decir más porque no hago pie y me ahogo. Bueno, sí, llevas razón, no se trata de esto y me estoy equivocando, qué se le va a hacer, siempre me gustó aparentar lo que no soy. No se trata de volver atrás ni de mirar atrás, estamos rodeados de imágenes que nos miran desde el tiempo y hay que ponerlas a hablar. Aunque si buscas la verdad habría que traer aquí la pregunta del escéptico Pilatos: "¿Qué es la verdad?" No sé lo que puede durar esta tarde de lluvia de verano cuando todavía no ha llegado el verano, tampoco sé cuál es mi obligación como responsable de este blog. A la hora de reflexionar conviene no ir mucho más allá de lo que repetía Euclides, que dos cosas iguales a una tercera son iguales entre sí. Y hasta ahí llego, no tengo más cabeza.

¿Cabeza? Nació el diez de febrero de mil novecientos cincuenta y la constelación ese día era favorable. El Sol estaba en el signo de Venus y Marte y Mercurio no andaban muy lejos. Únicamente la Luna, situada en el centro ponía una nota de incertidumbre entre la luminosidad y la sombra, algo que hizo su vida díficilmente explicable. Ahora pasa sus días sabiendo que algo cesa y algo se transforma y que a ese transcurrir le llaman tiempo. En estos momentos busca donde esconderse.

¿Por qué esa necesidad de contar? Remover el pasado es peligroso, un poeta valenciano dice que hay que tener cuidado con los recuerdos no sea que te pasen por encima como una manada de búfalos.

¿Miente? ¿Quién? ¿Por qué? ¿Y si recuerda? Si no existiera ese conflicto, qué sería de nosotros. (Continúa pulsando la flecha hacia abajo)

Palabras de un jefe sajón a Edwin, rey de Northumberland, según la traducción latina hecha cien años más tarde por Beda el Venerable en el monasterio de Jarrow, anotada ciento cincuenta años después en un inglés incipiente por el rey Alfredo el Grande en los momentos de tregua en su lucha con los daneses, siguiendo la libre interpretación al ladino que tras varios siglos hizo el judio sefardí Moisés Ximénez con la esperanza de que algún día, algún descendiente suyo las leyera:

"Estamos solos, gran rey, pronto la gran nube que hará desaparecer el mundo nos cubrirá con su manto. No es hora de mentir ni de callar pues nunca la dicha es completa y la vida, comparada con los anchos espacios del tiempo, se asemeja al vuelo de un pájaro que, de improviso, se introduce por el hueco de una ventana hasta el interior de la alcoba donde arde el fuego de la chimenea mientras afuera, la nieve, el helado viento y el granizo son la cara del invierno. El pájaro, temeroso, cruza la estancia acogedora y escapa rápidamente por el lado opuesto creyendo encontrar una vida mejor y la libertad cuando, en realidad, no ha comprendido nada. Así es nuestra existencia, gran rey, corta e incierta, el presente nos puede parecer cómodo y tranquilo pero no sabemos lo que nos precede y, menos aún, lo que vendrá después. Rápidamente, como el pájaro, desapareceremos. ¿A qué más dioses? ¿Para qué ese Jesucristo que la Roma tambaleante viene a ofrecernos? Estamos solos, gran rey. Se pueden buscar nuevos dioses, pero el pájaro nunca regresa".

Yo, Moisés Ximénez, judio renegado y converso, juro por Dios a mi descendiente que estas palabras leyera que me gustaría haber nacido hace seiscientos años y ser ahora alguien importante y estar enterrado en una iglesia donde mi cuerpo mortal quedase inmortalizado en el fresco de sus paredes. Yo, naciendo de mi madre. Yo, haciendo obras de caridad. Yo, el día de mi boda. Yo, matando un oso. Yo, regresando vencedor de la guerra. Porque es en las iglesias cristianas donde se ve que el arte consuela. Y un poema mío grabado a los pies del altar siempre podrá leerse. Y el oro y las piedras de mis joyas convertidos en un cáliz que cada vez que el sacerdote lo alce haga recordar a la gente mi poderío y mi fuerza. Los ateos no saben lo que se pierden pues sin vida eterna el mundo da escalofrío. El gran Séptimo Severo hace mucho que murió en esa ciudad de York y la historia lo recuerda. La antigua Elburaco vive y una mujer llamada Marguerite Yourcenar la resucitará años después como resucitará a Adriano y tú, no yo, leerás cuanto escriba. El tiempo es un gran constructor, no debes olvidarlo. Me creas o no te estoy viendo. Enorgullécete pues soy de los tuyos como tu chacho Cecilio, tu abuelo Miguel, tantos que no conociste. Soy de los tuyos, alza la cabeza. Yo sé que han de venir palabras extrañas como conjuros: Internet. Blog, Email. No more mouse, please. Pero no te harán más libre. La memoria de los seres imperfectos es como agua que se guarda con las manos y desaparece. Cume an spearwa and braedlice thaet hus hurhfleo, cume. Las palabras vienen y pasan. Otras vienen y pasan. Matrix. Seven. Blade Runner. Ne me quitte pas. Serrat. Mediterráneo. A los dioses no les conviene vuestra salvación porque haríais demasiado ruido. ¡Pandemonium! ¿De qué sirve recordar?

Verba, inventio, dispositio, elocutio, actio. Atarfe City. New York City. Macondo City. Epinosa de los Monteros City. Entonces Atarfe era tan pequeño que cuando un forastero llegaba al pueblo todo el mundo se enteraba.

Yo, Moisés Ximenez, siempre ando envuelto en palabras. Sombras. Sombras. No te agarres al momento que se irá para siempre. Cada palabra soporta su destino como puede y ahora escucho un susurro de voces. Dicen que la muerte se acerca. No me quejo. Más allá, como las cuentas de un collar venido de Oriente, los días que nunca he de ver ruedan por el suelo.

Éste que veis en la fotografía, cansado y con aspecto de fantasma, es el hermano menor; está al lado de un cuadro de los llamados modernos, es decir, de los que requieren una reflexión y eso es lo que pretenden hacer los dos hermanos: mirar y reflexionar. Mirar hacia su pasado y reflexionar sobre lo que signifcó todo aquello. Es evidente que son unos bichos raros, no buscan un recuerdo nostálgico, en su perspectiva narrativa los dos intentarán fundirse en uno hasta alcanzar una única voz. El yo narrativo será un nosotros aunque el de la fotografía para hablar de su infancia tendrá que hablaros de la música, concretamente de la música de Iglesia, porque su tío Miguel era el organista del pueblo y él le acompañaba a todas partes. En su honor colgamos el Pange Lingua- Tantum Ergo, para que quien quiera recuerde como eran los triduos y las novenas de entonces. También colgamos el poema ´´Itaca" de Constantino Kavafis, en homenaje a todas las personas que hicieron de su vida un ejemplo de dignidad, como fue la vida de nuestro padre. No estamos seguros de qué saldrá al final y dudamos porque ahí sigue el epílogo de Francisco Ayala en "Jardín de delicias" : "¿No es perverso intento oponerse a la fugacidad de la vida? Pues por lo visto los dos hermanos piensan que no, ni perverso ni vano, porque van a hablar de sus pasos en la tierra. ¿Recuerdan el Don Juan con sus ripios? "Clamé al cielo y no me oyó y pues sus puertas me cierra, de mis pasos en la tierra el cielo pague y no yo." ¿Quién pagará aquí los platos rotos? No el cielo, desde luego ni quienes esto lean, que ninguna culpa tienen. No queda más remedio que esperar y ver. Yo, en este momento giro la cabeza a la derecha y me asusta lo que veo, una especie de historia o de relato del mapa que habito. Pero el mapa no es el territorio, en el territorio se puede andar hacia atrás, cerrar los ojos y encontrar al niño que fuisteis. Yo veo a un niño en el corral empedrado, jugando frente a la enorme yedra, completamente solo. El mapa no es el territorio. Ahora aparece el otro hermano.

-¿Qué haces? Le pregunta.- Nada. -¿No te aburres? -No.

Los dos hermanos apenas han jugado juntos pero hoy se han propuesto andar hacia atrás porque siempre quedan cosas que hay que recoger antes de que se las lleve el tiempo. Hoy uno ha propuesto recorrer juntos ese camino y el otro no se sorprende porque ya lo sabía, sabía que un día acabaría proponiéndoselo. Afrontar juntos el dolor de descolgarse de las fotografías.

-¿De verdad quieres ser cura? -Digo yo que sí.

La respuesta no le convence y le disgusta porque eso significa que seguirá en el seminario y sólo podrán verse un mes al año. Mámá les llama para merendar. Hoy hace el mismo viento que hizo entonces. Mientras bebe el vaso de leche lo mira y piensa que no servirá de cura. Al menos no está todo perdido, hoy le han dicho que en el bar de enfrente, el Bar Los Tres Amigos, van a poner un futbolín.

Hace más de medio siglo de esto, Leopoldo Bloom, de Ulyses, lo hace todo en una tarde pero a vosotros os costará sudores. Atarfe en los años cincuenta y sesenta era tan distinto que ya nadie se acuerda. Poner el reloj para que marche hacia atrás es complicado. ¿Por qué no lo dejáis? ¿A qué recordar años de descubrimientos, el primer amor, los Beatles y Garcilaso? Let it be mezclado con "infame turba de nocturnas aves, gimiendo tristes y volando graves".

¿Por qué hay que atreverse a contar? Poneos a recordar. ¡Vamos, deprisa, que el tiempo se acaba¡ Hay que darse prisa porque el tiempo trata de poner un manto púrpura ante vuestros ojos y para colmo al reloj de arena del tiempo, esa puta metáfora, le queda cada vez menos arena. Nunca seáis simuladores patológicos, había dolor por todas partes y se podía decir como León Felipe: "No he venido a cantar, podéis llevaros la guitarra". Pero vosotros queréis más, queréis cantar con Manuel Altolaguirre: "Yo y la luz te inventamos, ciudad que ahora en un alba, naces al mundo". ¿Quién dijo aquello del ojo que tú ves no es ojo porque lo miras, es ojo porque te ve? Adelante, adelante, los ojos del niño no comprenden por qué la gente baja la voz al hablar de ciertas cosas. Lo comprenderá años después al leer "Tiempo de Silencio", de Luis Martín Santos.

Sí, había dolor oculto por todas partes, no sólo en vuestra casa.

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Datos personales

Mi poema preferido es "Itaca" de Constantino Kavafis y mi pintura preferida es "Oval Gris" de Antoni Tapies. El poeta español vivo que más admiro es el sevillano Fernando Ortiz, un poeta a la altura de Cernuda y Aleixandre. En lo que al cine respecta la mejor película para mí es Blade Runner y luego Matrix y Seven. En música Without You y después Ne me quitte pas y Mediterráneo. Novelas muchas, sobre todo Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar en la excelente traducción de Cortázar y su ensayo titulado El Tiempo, Gran Escultor, dos libros que me influyeron mucho. (En este blog puedes consultar toda la obra de Yourcenar con resúmenes muy buenos). Pero como novela, Cien Años de Soledad será para mí siempre la primera.
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